viernes, 30 de mayo de 2008

Curanderos


Infamia

Si de algo van a servir las producciones independientes de rock en español en California, va a ser por su valor ilustrativo: un CD demo dice más que mil reseñas. En eso hace pensar este material de seis temas de la banda angelina Curanderos, salido al mercado en medio de avatares de producción que no vienen al caso, pero que son como el primer tema: Dolores.

Con marcada influencia de Caifanes, poesía y un buen balance entre el acústico y el eléctrico en las guitarras de Larry Ruiz y Mario Lomar con buena vocalización de su parte, el cuarteto según fotos -y quinteto según créditos de portada- es completado por Fabricio Argueta en la batería, Ricardo Lomar en el bajo y Guillermo Elías en las percusiones.

Es un disco homogéneo, libre de la concesión pieza lenta-pieza rítmica. Prosigue en No me gusta la música la intención de amoldar poesía y rock, con un sonido soft que bien le sienta a las letras que lo menos tienen es ser atropelladas por consonancias forzadas.

No en balde el disco está dedicado a Octavio Paz. Sangre fría recibe junto con esto buenos remates del requinto eléctrico lejano, sin embrutecer de ritmo la melodía. Pablo alcanza buena atmósfera, con canto a dos voces, asunto difícil de librar para otras bandas. Sobredosis y Por fin cierran este medio disco de Curanderos. Ojalá y por lo menos otros seis temas lo redondeen en lo sucesivo.

Ricardo Camarena

La Opinión, 12 de abril de 1998


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